DAVID GENTO
Me andaba rondando por la cabeza escribir acerca de la Navidad y de lo que está pasando por las tierras del Jesús bíblico (que no histórico): pongamos Gaza, Cisjordania, Líbano, Siria, etc. Me faltaba algo de impulso y lo he recibido, precisamente, en esta Navidad de 2024; cuando el medio local “Infosocuellamos” nos está edulcorando con humor de sacristía la Navidad mediante relatos bíblicos pseudo contextualizados en la realidad imaginada de Socuéllamos.
Así en el relato titulado “Última Hora… el Mesías ha nacido de una manera inesperada” (24/12/24). Dice: “Al echarse la noche encima y no haber encontrado albergue, (será por la crisis de la vivienda) y los hostales de Socuéllamos, Genaro, Calcimacu, Santa Bárbara, Lepanto, etc. … sin camas libres. Se han tenido que meter en una especie de bombo utilizado antiguamente como refugio de los pastores”.
El Autor/a pretende situar el nacimiento de Jesús graciosamente en Socuéllamos; pero se le ha olvidado decirnos si San José llamó a los sacerdotes y éstos le ofrecieron, o no, cobijo en alguna de las muchas dependencias que hay en la Capilla, o en las otras iglesias, o en la casa que las Hermandades tienen entre las calles El Provencio y D. Pedro Bustos (cerca de “Los Bárbaros”), o en la del Cristo (frente a la Iglesia), o en la casa de Cáritas en la calle Echegaray: parece que no hubo mucho interés por alojar a la Virgen y a su familia. Y tuvieron que irse a un bombo (pocos y muy lejos del pueblo), nos dice el relato.
También, en otra parte de su escrito, nos relata: “…Toda esta información parece venir de fuentes fidedignas de unos pastores que se encontraban en el campo cuidando su rebaño de robos…” Pero no nos cuenta que en Socuéllamos hay muy pocos robos y que esos robos, gentes muy creyentes en el Mesías, se los achacan sin más a extranjeros; a los que criminalizan creando xenofobia hacia ellos. Quizá fuera por eso y porque eran pobres, por lo que la Virgen y San José no encontraban alojamiento en Socuéllamos.
Tampoco nos dice por qué desde el ayuntamiento los partidos cristianos de gobierno se niegan a hacer un alojamiento digno para transeúntes (tampoco los hicieron otros gobiernos, es cierto). ¡Qué bien hubiera estado allí la Virgen pariendo: calentita y sobre cama limpia; hasta que llegara rápidamente la ambulancia del Sescam (que también atiende a los extranjeros “sin papeles”, a pesar de esos partidos xenófobos)
Pero el/los redactor/es de este mismo medio, viendo que la inspiración poética y literaria seguía llamando a su puerta, publica/n horas más tarde otro escrito como noticia, con el título “Misa del Gallo en la Parroquia” (24/12/24) y en uno de sus párrafos nos deja esta perla: ”Estaba previsto el desfile de unos niños que hacen las veces de la Virgen y San José con una burra partiendo de la Plaza de la Constitución hacia la Parroquia, pero ante la negativa del jumento a colaborar (se ve que la burra era algo atea), el desfile se ha desarrollado sin ella, solo con la Virgen y San José a pie.” Y el autor no percibe que la burra no era atea, sino un ser vivo con fino sentido del ridículo que, paradójicamente, no percibió en los otros seres que estaban a su alrededor, y por eso se negó a participar en el evento.
Pero lo que no se cuenta en ninguno de los dos pretendidos humorísticos relatos, es que si Jesús hubiese nacido en Socuéllamos en la Nochebuena de 2024; la Virgen y Él hubieran estado muy bien atendidos por los sanitarios del Centro de Salud, por la Policía Local, por Protección Civil y por gran parte del vecindario (creyente y no creyente) y toda la familia habría sido trasladada en una sofisticada ambulancia hasta el Hospital General de Tomelloso, donde los Servicio de Urgencias del centro habrían terminado de atender a María. ¡Y Jesús habría sido exhaustivamente examinado para asegurar su perfecto estado! Después, habrían sido confortablemente instalados en una habitación individual hasta su total recuperación. ¡Ah! y Jesús, ahora sería hispano-palestino y tendría derechos cívicos.
¡Y seguro que habrían recibido muchas visitas y el cariño de la mayoría de personas socuellaminas!, porque estamos en un pueblo que reconoce y respeta los Derechos de las Personas, aunque éstas sean pobres y extranjeras y tiene una ciudadanía (cristiana, de otras religiones o no creyente) que expresa cariño y respeto hacia ellas.
Si les gusta el humor religioso, hagamos un poco de espóiler futuro y situémonos en el Juicio Final viendo a Dios furioso e inmisericorde, recordando a los ultra político-religiosos lo sucedido en esta zona, a largo de años. Tronaría su voz así: “Huían de sus tierras por miseria y guerra y no apoyasteis que se les documentara, aunque estabais en los gobiernos de los pueblos de la Mancha y ellos y ellas solo querían trabajar en paz”. “No les alquilabais vivienda porque eran negros, moros o gitanos rumanos y húngaros y tuvieron que vivir en las ruinas del restaurante ´La Roja´ (frente al polígono industrial) o en las naves descubiertas a la entrada de Tomelloso; aunque trabajaban de sol a sol recogiendo los ajos y melones de vuestras fincas. “Pretendisteis eliminar todas las leyes que protegían a los inmigrantes más vulnerables, cuando accedisteis a los gobiernos locales y regionales”. “Les acusasteis de invadir España cuando llegaban exhaustos en pateras solo dispuestos a trabajar y a convivir”. “Mentisteis llamándoles violadores y delincuentes, cuando la inmensa mayoría solo eran inmigrantes pobres e indefensos que querían trabajar y prosperar”. “Les quitasteis parte de su jornal, en la vendimia, porque no podían ir a reclamar a un sindicato”. “Les negabais hasta sus nombres y los derechos, siendo niños y les llamabais ´MENAS´ …
¡Y os condenaréis por no seguir las enseñanzas del Jesús bíblico, cuyo nacimiento y enseñanzas decís celebrar!
Hasta aquí el cuento.
Y, ahora, hablemos en serio y aprovechemos para presentar otra cara más humana y honesta de la Navidad: ¿es necesario hacer gracietas con una fiesta sociológica que tiene orígenes paganos (y posteriormente sentido cristiano); que, a pesar de que para muchas personas hoy solo es fiesta, se respeta el sentido religioso que para otras muchas sí tiene, por la mayoría de la ciudadanía y cada cual la toma como desea?
Si nos queremos poner profundos trayendo a colación los relatos bíblicos (que no históricos), y queremos contextualizarlos para llamar la atención de lo que la tradición bíblica y sus representantes terrenales, las iglesias cristinas (y especialmente la Iglesia Católica), quieren hacer llegar a la sociedad en estos días; pues hagamos preguntas pertinentes y bien centradas. Algunas que a mí me salen sin pensar mucho, ustedes quizá tengan otras y mejores; agrupadas por contenido, son estas:
Los habitantes de “Tierra Santa”, ¿se comportan como requieren esos lugares? ¿Quiénes son los buenos y los malos, allí? ¿De quién es esa parte de Oriente Próximo? ¿La convivencia en paz y en igualdad es posible entre las culturas que la habitan?
¿Están siendo respetadas las enseñanzas del Mesías bíblico actualmente, en Tierra Santa? ¿Los cristianos del mundo (seguidores muy diversos de Jesús), predican de forma práctica la paz del Maestro al que dicen venerar?
¿Por qué muchos que se arrogan con orgullo seguir al Jesús bíblico, entre ellos algunos partidos declaradamente ultra cristianos, y que escriben textos en periódicos y pseudo periódicos, siguen apoyando políticamente la masacre de palestinos en Gaza y Cisjordania y, recientemente, la de tantas personas en otros países como Líbano o Yemen?: (“Que callen las armas en Oriente Medio. Con los ojos fijos en la cuna de Belén, dirijo mi pensamiento a las comunidades cristianas de Israel y Palestina, en particular a Gaza, donde la situación humanitaria es gravísima”), dijo el Papa Francisco en Nochebuena, desde el balcón de las bendiciones, en San Pedro.
Por qué gentes de ultra derecha, que se declaran muy católicas, no siguen la parábola del Buen Samaritano, en lugar de predicar bulos y mentiras atroces contra extranjeros pobres, expandiendo el odio hacia ellos? ¿Acaso no ven en esos pobres reflejada a la familia bíblica de Jesús?
Los “defensores de la vida”, ¿no se sienten mal viendo lo que está sucediendo en la tierra del Mesías bíblico? ¿Cuántas decenas de miles vidas inocentes e indefensas han abortado ya los que se declaran “Pueblo Elegido” (que aún siguen esperando al verdadero Mesías); en una orgía de sangre para vengar la atrocidad que cometieron otros sanguinarios de enfrente? ¿Por qué les siguen apoyando política, social, cultural, económica y militarmente?
Acabo con esta pregunta: ¿Saben qué hubiese sucedido si un Jesús real e histórico hubiera nacido en Belén (Cisjordania), en la Nochebuena de 2024? La respondo: es muy posible que hubiese convivido con muertos, que los colonos les hubiesen atacado o que la policía israelí los hubiese echado fuera de la ciudad. O, peor aún, que Netanyahu, el nuevo Herodes, les hubiera mandado matar para que no condenaran públicamente las atrocidades que veían. ¡Ah! y Jesús sería un apátrida, por palestino, o un judío traidor, por activista.
Yo, que no soy seguidor de ninguna religión (aunque la figura del Jesús bíblico me parece extraordinaria); pero sí partidario de respetarlas siempre que no pretendan privilegios basados en creencias ancestrales, que no condiciones las vidas de otras personas de pensar diferentes y que se sometan a las normas que toda la ciudadanía aceptamos; defiendo que la Navidad se convierta en un espacio intercultural (junto con otras fiestas del mundo), porque es global y propongo que se utilice para propagar el amor entre la humanidad, también el resto del año; y para acercarnos más a la convivencia, y para propagar los Derechos Humanos y su defensa en todos los rincones de la Tierra, y también para reconocer que ser ateo, comunista, homosexual, u otras formas de ver la vida no es ser mejor ni peor que ser cristiano a secas, sino diferente. Y que todas las posibilidades caben en una misma persona: también la de ser al mismo tiempo cristiana, comunista, homosexual y pacifista; o, incluso, atea con otras combinaciones positivas; por ejemplo.
Me conformo con que empecemos a practicarlo a partir de enero y que dicho propósito no sea tan fugaz como la mayoría de los que nos planteamos cada inicio de año.
¡Terminemos felices la Navidad y encaucemos el nuevo año con mirada abierta y conciliadora y entonces, sí, estaremos más cerca del espíritu cristiano y navideño!