La reciente DANA que ha azotado la Comunidad Valenciana ha dejado un rastro de destrucción y tragedia en numerosos municipios, afectando especialmente a localidades con muchos residentes procedentes de Socuéllamos. Entre ellos se encuentra Petra Megías, socuellamina de nacimiento y vecina de Beniparrell, quien ha compartido su experiencia durante las terribles inundaciones que transformaron su vida en cuestión de minutos.
Petra explica cómo, tras varios días de intensas lluvias, la situación se tornó crítica cuando el barranco cercano a su vivienda comenzó a desbordarse de forma inesperada. «En una hora se llenó el barranco; el agua llegó a mi casa, y la alarma nos llegó tarde», relata con evidente angustia. Las autoridades avisaron a los vecinos de Beniparrell del riesgo de inundaciones cuando el agua ya estaba dentro de sus viviendas, alcanzando hasta 80 centímetros en algunas de las casas de planta baja. Petra y su familia, como muchos otros residentes, tuvieron que refugiarse en las escaleras de su vivienda para evitar ser arrastrados por la fuerza del agua que inundaba tanto la entrada principal como el garaje.
El agua no solo trajo destrucción, sino también un caos material, arrastrando coches, bombonas de gas, contenedores y toda clase de objetos. “La velocidad con la que venía el agua daba miedo. Pasaron botellas de gas, coches, contenedores… es indescriptible”, recuerda Petra, quien junto a su marido Victorino tuvo que observar cómo el agua arrasaba con sus pertenencias. Sin embargo, ella se considera afortunada en comparación con otros vecinos que lo han perdido todo.
Petra describe el miedo generalizado que se vivió en Beniparrell, especialmente entre quienes tenían familiares en municipios cercanos donde la DANA causó estragos aún mayores, llevándose vidas y dejando personas desaparecidas. “En pueblos cercanos, la situación fue mucho peor. En cuestión de minutos, la vida de muchas personas cambió completamente”, comenta con tristeza.
A pesar de las dificultades, los vecinos de Beniparrell han comenzado el arduo proceso de limpieza, retirando toneladas de barro y escombros de sus viviendas. Petra reconoce que, aunque perdió muebles y electrodomésticos, su situación no es tan grave como la de otros. «Aquí en el pueblo hay gente que ha perdido todo. Las calles son montañas de escombros. Te quedas sin nada en minutos», expresa.
Otro de los problemas surgidos tras la DANA ha sido la falta de suministros básicos en Beniparrell, donde muchos comercios se han visto obligados a cerrar. “Aquí no tenemos nada; no hay farmacia, no hay pan, todo está cerrado”, explica Petra. Incluso para acceder a pueblos cercanos, los residentes deben caminar debido a que las carreteras están cortadas por el barro y los vehículos arrastrados.
Petra también menciona los saqueos que han comenzado a ocurrir en algunos pueblos cercanos, como Catarroja, donde los residentes han tenido que proteger sus comercios de personas que, aprovechando la devastación, intentan robar bienes de tiendas y joyerías. “Es increíble lo que algunas personas están dispuestas a hacer en una situación así”, comenta con indignación.
Para Petra y otros socuellaminos residentes en la Comunidad Valenciana, la DANA ha sido un golpe devastador. Como tantos otros que migraron hacia el levante en busca de nuevas oportunidades, ahora enfrentan las secuelas de esta tragedia, que ha dejado una huella imborrable en sus vidas y en la de sus familias.