Fotografía realizada en la cooperativa de Socuéllamos, año 1967

La realización de pozos de agua para buscar agua es una de las ocupaciones más antiguas, lo que convierte al pocero en unos de los oficios más antiguos de la humanidad. En Socuéllamos, buscar agua para poder regar las tierras y las huertas ha sido indispensable para poder subsistir.

El durísimo oficio de pocero, consistía en realizar pozos de unos 15 o 20 metros por los que bajaban con la única protección de un casco de acero para evitar los golpes de las piedras que se desprendían, además de un pico y una piel de toro para protegerse de la humedad.

Aquí, en Socuéllamos era muy conocida la labor de Francisco Alarcón conocido por todo el pueblo como «Macuto», en la parte izquierda realizando un pozo para la casca de la uva. Francisco, maestro en su oficio, del que aprendió de su padre Manuel, fue una persona muy querida en nuestro pueblo y responsable de realizar la mayoría de los pozos que existían en nuestras casas. Posteriormente, regentó un bar que todavía sus hijos y nietos trabajan en él con gran maestría. ¿Quién no ha estado en su bar, Calcimacu?


Fotografías Hermanos Reales

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