En abril de 1975, un grupo de amigos decidió inmortalizar una celebración en un lugar que, con el tiempo, se convertiría en un punto de encuentro icónico en Socuéllamos: el espacio que hoy se conoce como El Rincón de Pepe. La foto que tenemos ante nosotros captura no solo a un grupo de hombres disfrutando de una tarde de risas y camaradería, sino también un trozo de historia local, donde la música y la alegría eran el centro de la escena.

El hombre del acordeón: Manolo «el Page»

En el centro de la imagen, con una sonrisa que parece contagiar a los demás, encontramos a Manolo «el Page», sosteniendo su acordeón. Manolo, conocido por su habilidad con este instrumento, probablemente fue el encargado de animar la tarde con su música. La imagen nos transporta a una época donde las reuniones en los bares locales se llenaban de cantos, música en vivo y una conexión especial entre los amigos. La música era siempre un motivo de celebración, y Manolo fue sin duda una pieza clave en esa ocasión.

Los detalles de una época

La fotografía nos permite observar las modas y costumbres de mediados de los años 70. Los hombres, vestidos con suéteres de lana, pantalones de campana y camisas de cuello largo, reflejan un estilo característico de la década. Algunos incluso llevan sombreros o boinas, lo que nos recuerda la informalidad y el sentido del humor que reinaba entre ellos.

El grupo está conformado por más de una docena de hombres, todos ellos quintos que van a partir para realizar el servicio militar, muchas de las cuales se agrupan para la foto, mientras que otros se mantienen en pie, completando la escena. Una botella en el suelo y vasos en manos de algunos participantes nos sugieren que la celebración incluyó bebidas y brindis que acompañaron la música de Manolo.

Un bar con historia

El Rincón de Pepe, ya comenzaba a formarse como un espacio donde las personas se reunían para compartir momentos especiales. A lo largo de los años, el sitio ha evolucionado hasta hoy, que es una conocida churrería pero sigue siendo un rincón emblemático en Socuéllamos, donde las generaciones se encuentran para celebrar, conversar y rememorar. Este tipo de encuentros crean el tejido social y cultural que mantiene viva la historia de una localidad.

Conclusión

La imagen no es solo un retrato de una tarde cualquiera en abril de 1975, sino una ventana a una época de celebración, amistad y tradición en Socuéllamos. El bar, hoy conocido como El Rincón de Pepe, sigue siendo testigo de momentos como este, donde el centro de la reunión era la música, la amistad y las risas compartidas, y en el corazón de esa escena, siempre estará Manolo «el Page» y su acordeón.