En esta undécima entrega de Sucesos en La Mancha, trataremos una historia que nos tocó muy de cerca.
Corría el año 1992 cuando un hallazgo estremeció a nuestra actualidad. A tan solo dos kilómetros del conocido paraje de Titos, un cuerpo sin vida fue descubierto en las aguas del Río Záncara. Se trataba de un hombre de mediana edad, de origen magrebí.
El cadáver presentaba señales inquietantes: había sido parcialmente devorado por cangrejos de río, lo que dificultó enormemente la identificación inicial. Las circunstancias eran confusas. No se encontraron pertenencias personales que ayudaran a determinar su identidad, y su documentación estaba ausente o irreconocible. Aquel sitio en el río, en aquella época con caudal, se convirtió, de un día para otro, en el escenario de un enigma.
Con el paso de las semanas, la familia del fallecido tardó en reclamar el cuerpo, lo que alimentó aún más las sospechas. ¿Qué hacía aquel hombre tan lejos de su país? ¿Por qué nadie lo buscaba? ¿Fue víctima de un accidente, o se trató de un ajuste de cuentas silencioso?
A día de hoy, muy poca documentación permanece accesible sobre este caso. Los archivos son escasos, los testigos, inexistentes, y la investigación parece haberse desvanecido en el tiempo sin obtener ninguna respuesta. La historia del marroquí del Záncara se mantiene como uno de esos sucesos que, sin explicación clara, quedan atrapados en la memoria de la tierra, envueltos en un halo de misterio aún sin esclarecer.
Escucha aquí el episodio de este mes de Sucesos en La Mancha