La fotografía, tomada en la plaza de Socuéllamos durante un domingo de paseo cualquiera en 1963, refleja una tradición entrañable: la de los quintos. En ella se puede observar a un grupo de jóvenes, acompañados por el agente Antonio Sáez, que nos recuerda con nostalgia la camaradería y los lazos que unían a los quintos en esa época.
Recuerdos entre generaciones
Conforme a los detalles compartidos, varios de los rostros de la imagen son identificados con apodos y nombres que evocan la tradición oral de Socuéllamos: Alfonso Delgado, Juanito el Mochuelo, Calicote, Bautista Vallejo o Ángel (quien aparece con gafas).También se menciona a miembros de familias conocidas como los Mateo, los Zurdo Polonio, los Huerta, o el hijo de Julián Mercedes, entre otros. Para muchos, esta fotografía no solo es una ventana al pasado, sino un reflejo de historias compartidas, algunas de las cuales lamentablemente ya no pueden contarse en presente, debido a la ausencia de algunos de sus protagonistas.
El significado de los quintos
La tradición de los quintos, que marcaba el paso a la adultez y el servicio militar obligatorio, representaba mucho más que un deber. Era una época para forjar amistades, compartir momentos únicos y vivir una etapa irrepetible de la vida. Estos jóvenes no solo formaban un grupo, sino una hermandad que se mantenía a lo largo de los años, incluso después de haber cumplido con sus responsabilidades.
Una mirada al pasado
Podemos leer en la publicación de Fotografías Antiguas de Socuéllamos que podemos encontrar en Facebook, » es una pena que algunos ya no están entre nosotros». Esta frase encapsula tanto la pérdida como el agradecimiento por haber vivido momentos tan significativos. La fotografía es un testimonio de cómo en Socuéllamos valoraba la conexión entre vecinos y amigos, fortalecida a través de sus tradiciones y costumbres.
Socuéllamos, un pueblo de historia y unión
La plaza, el lugar emblemático donde se capturó esta imagen, fue testigo de encuentros, paseos y eventos que forman parte del alma de Socuéllamos. Esta imagen, con su capacidad de revivir historias y emociones, es un recordatorio de la importancia de preservar y compartir estos recuerdos.
El legado de los quintos sigue vivo, no solo en las fotos y relatos como este, sino en el corazón de quienes aún recuerdan y transmiten las historias que moldearon a una generación de jóvenes socuellaminos.











