Una buena noticia ha devuelto la esperanza a la comarca: la Laguna de La Celadilla, ubicada entre Las Mesas y El Pedernoso, ha vuelto a contener agua tras años completamente seca. Las abundantes lluvias registradas en las últimas semanas han permitido que este emblemático humedal recupere un poco de su antiguo esplendor, devolviendo al paisaje un elemento natural que forma parte de la memoria colectiva de la comarca.
Aunque su nivel aún está muy lejos del que alcanzaba en décadas pasadas, la presencia de agua en La Celadilla es un símbolo de renovación. Las imágenes recibidas por parte de un lector recientemente muestran un cuerpo de agua que empieza a reflejar el cielo otra vez, en contraste con la imagen desoladora que ofrecía en años anteriores.
Durante muchos años, La Celadilla fue un punto de encuentro natural y cultural, muy visitado en los meses cálidos por vecinos de Socuéllamos, Las Mesas, El Pedernoso y otras localidades cercanas. No solo era un lugar de baño y recreo, sino que también se valoraban sus propiedades medicinales, lo que la convertía en un espacio clave de la vida social de generaciones enteras.

Hoy, la recuperación parcial de la laguna es motivo de celebración, pero también de reflexión. Este pequeño avance no garantiza su recuperación total, ya que el equilibrio hídrico de La Celadilla depende de múltiples factores: la regularidad de las precipitaciones, la gestión de los recursos hídricos, la presión agrícola y el cambio climático.
Por ello, aunque esta recarga hídrica representa un primer paso hacia la recuperación ambiental, se advierte que la vuelta completa al estado original de la laguna será muy difícil si no se acometen medidas de protección y conservación a largo plazo.
Aun así, el valor ecológico y cultural de La Celadilla permanece intacto. Su renacer parcial podría ser el detonante para recuperar costumbres tradicionales y reforzar el vínculo de las nuevas generaciones con este espacio natural, testigo de tantos recuerdos y vivencias.
Esperemos que las lluvias continúen favoreciendo el entorno y que, en un futuro no muy lejano, La Laguna de La Celadilla vuelva a ser un referente ecológico y social, como lo fue para nuestros mayores.
