La historia reciente de nuestro municipio no se puede entender sin la figura de José Antonio Sáez, uno de los pilares fundamentales de la política local durante la transición democrática y en las primeras corporaciones municipales tras la dictadura. Sáez, quien fue primer teniente de alcalde durante doce años junto a Ramón Parra y posteriormente concejal en distintas etapas, repasa en esta extensa entrevista su trayectoria, marcada por la coherencia, el compromiso social y la firmeza ideológica.

Los primeros pasos en política y la militancia clandestina

Sáez relata cómo comenzó su vinculación con el Partido Comunista de España (PCE), aún en la clandestinidad. Durante el servicio militar, primero en Cáceres y luego en Ciudad Real, ya participaba en reuniones de la Plataforma Democrática, incluso vestido de uniforme. «Tuve suerte de no ser detenido, pero estuve en más de una reunión. En una de ellas no pude asistir porque tenía guardia, y la Guardia Civil detuvo a todos», recuerda.

El cuartel de Ciudad Real, donde cumplía el servicio, era conocido como un “cuartel de castigo” para simpatizantes de la izquierda. Allí coincidió con soldados vascos, enviados lejos de su entorno familiar como medida de dispersión. En ese ambiente se fraguó su despertar político: «Había un movimiento interno, nos reuníamos en cafeterías y hablábamos casi en clave».

Militancia activa en Socuéllamos y los primeros gestos de rebeldía

Una vez en Socuéllamos, su padre, ya implicado en los primeros movimientos del partido en la localidad, lo introdujo en el núcleo del PCE local. Participó en acciones clandestinas como el reparto de octavillas la víspera de una visita del gobernador civil, en plena campaña del referéndum de 1976. “Llenamos el pueblo de octavillas del PC, que aún estaba ilegalizado. Fue una acción muy arriesgada y simbólica”.

La legalización del PCE y el despertar democrático

El sábado santo de 1977, día de la legalización del Partido Comunista, se vivió con emoción. Sáez rememora con emoción cómo Ramón Parra, figura emblemática del partido, paseó con la bandera del PC por el pueblo. A partir de entonces, las reuniones se hicieron más frecuentes, aunque aún con precauciones: “Nos reuníamos en el campo, llegábamos por caminos distintos porque sabíamos que nos vigilaban”.

Reunión del PC en la clandestinidad

Uno de los momentos que más recuerda fue el día en que, por orden del partido, se presentaron junto a la Guardia Civil para dar el pésame tras un atentado. “Fue una forma de provocar visibilidad. El sargento no sabía qué hacer con nosotros. Llegó el capitán y dijo: ‘déjalos, que están haciendo lo mismo en todos los pueblos’. Fue un gesto valiente”.

La primera corporación democrática y el liderazgo de Ramón Parra

José Antonio Sáez fue primer teniente de alcalde durante tres legislaturas. Rememora con cariño aquella primera etapa: “Éramos jóvenes, con ganas de hacer cosas, aunque sin mucha experiencia. Me ayudé de los boletines oficiales para entender las leyes. Me los llevaba a casa para estudiar”.

Destaca la figura de Ramón Parra como pieza clave: “Era mi segundo padre. Aglutinó a todas las sensibilidades. Compartió concejalías con todos los partidos. Aquella fue una corporación plural, donde se antepuso el progreso del pueblo a las ideas”.

Una de las acciones más significativas de aquel gobierno fue el asfaltado de calles, gestionado con los vecinos: “Se reunían, abrían una cuenta bancaria y cuando tenían el dinero, se asfaltaba la calle. Fue una fórmula eficaz, participativa y sin burocracia”.

Relaciones institucionales y dificultades con otras administraciones

Sáez recuerda las tensas relaciones con la Diputación, que incluso llegaron a los tribunales. “Teníamos un acuerdo para hacer un polideportivo. Lo anularon por un problema de un metro en el terreno. Los denunciamos… y ganamos. Después se construyó el pabellón con ese dinero”.

Los proyectos: Carmen Arias y las normas subsidiarias

Otro gran hito fue la adquisición del edificio de Carmen Arias, que se convirtió en centro de servicios sociales. «Costó mucho sacarlo adelante. Tuvimos que negociar incluso con el PSOE, que se oponía». Finalmente, gracias a la mediación con el entonces alcalde de Alcázar, se desbloqueó la compra.

También destaca cómo se planificó el futuro colegio Carmen Arias: “Se incluyó como zona escolar en las normas subsidiarias sin negociarlo antes. Luego tocó negociar con los propietarios, y se llegó a un acuerdo”.

De Izquierda Unida al PSOE: una evolución natural

Sáez también repasó su paso por Izquierda Unida, su participación en la Nueva Izquierda y su entrada en el PSOE: “Nunca he renegado de mi trayectoria. Me fui con coherencia. La famosa ‘pinza’ de Anguita con Aznar me dolió. La política tiene sus etapas, y yo siempre he estado del lado de la izquierda”.

Fue diputado provincial durante más de una década. También participó en coaliciones, como la de 1999, cuando se propuso a Luis Miguel Miñarro como cabeza de lista. “Nos quedamos a solo 200 votos del PP. Fue una buena campaña, aunque con muchas tensiones internas”.

Balance: ni arrepentimientos ni olvidos

A lo largo de la entrevista, Sáez reflexiona con serenidad: “No me arrepiento de nada. Siempre he intentado colaborar, tanto desde el gobierno como desde la oposición. He sido una persona seria, quizá demasiado seria, pero coherente”.

No olvida momentos tensos, como la manifestación por la subida del IBI o los enfrentamientos en los plenos, pero insiste en que la política debe servir para construir. “Lo importante es cómo está el asfalto de una calle, no cómo se llama. Esa era la filosofía de Ramón y la hicimos nuestra”.

José Antonio Sáez ha sido, sin duda, uno de los grandes políticos de Socuéllamos, básico para entender la historia política reciente en Socuéllamos.