Un tal día como hoy de 1589, previo pago de una determinada cantidad de maravedís a la Corona, Tomelloso va a conseguir su independencia de Socuéllamos, haciéndose villa de por sí y pudiendo gozar de la jurisdicción civil y criminal en idénticas condiciones que el resto de las villas de la Orden de Santiago. Socuéllamos, atento a las pérdidas que tal independencia podría suponer en sus rentas, así como al hecho de que una buena parte de su término se había desgajado para ser dado a Tomelloso como término municipal, apeló esta concesión de independencia. Tras varias pujas y un engorroso proceso judicial ante el Consejo de Hacienda, Tomelloso pierde su independencia en 1592, volviendo a depender de Socuéllamos y de sus justicias, aunque conservando una jurisdicción limitada para pleitos de poca cuantía.