El fútbol, como la vida, es cíclico. No siempre se puede ganar, no siempre se puede vivir en la abundancia. Socuéllamos ha sido testigo de los vaivenes del destino futbolístico, desde la incertidumbre de mantenerse en categorías modestas hasta los días gloriosos en los que pelear por un ascenso a Segunda División dejó de ser un sueño inalcanzable.

Sin embargo, hay momentos en los que toca remar con más fuerza, momentos donde se necesita creer, sostener la estructura y confiar en quienes, con trabajo y dedicación, se dejan el alma por este club. Hoy, la UD Socuéllamos vive uno de esos momentos.

Jacinto Trillo ha asumido la responsabilidad de guiar este barco, con el respaldo de un cuerpo técnico comprometido y una directiva incansable, encabezada por Sebastián Espinosa, que sigue apostando por el proyecto y peleando por mantener el prestigio de este club. Un club que ha demostrado que la unión no es solo una palabra en su escudo, sino una identidad que ha sostenido sus mejores días.

No es momento de bajar los brazos

Cuando miramos atrás, recordamos los momentos de zozobra en los que mantener la categoría era una odisea, donde ver al equipo en Tercera ya era un lujo y donde soñar con la Segunda B parecía una utopía. Hoy, luchamos por mantener lo que un día costó tanto conseguir, luchamos por algo que hace algo más de 10 años era inalcanzable; estar entre los mejores de Castilla La Mancha una vez más.

No podemos permitirnos la resignación. No en Socuéllamos, donde nunca se ha rendido. Es el momento de confiar en quienes nos representan sobre el césped y fuera de él. El equipo necesita a su afición, necesita que el Paquito Giménez vuelva a ser ese fortín donde los rivales tiemblan y donde la grada se convierte en el motor de esta maquinaria.

Este domingo ante el Huracán de Balazote toca vestirse de azul y apoyar a estos jugadores. El play-off de ascenso a Segunda RFEF está al alcance de la mano, y para ello es fundamental dar la palmada de ánimo a nuestro equipo. Necesitan ese impulso, necesitan sentir que la afición está con ellos.

El fútbol nos ha enseñado que las tormentas pasan. Vendrán tiempos mejores, volveremos a celebrar victorias, a vibrar con los goles y a demostrar que la UD Socuéllamos sigue siendo un referente. Porque si hay algo seguro, es que tras la tormenta, siempre vuelve a salir el sol.