Tras la salida de María José Beteta del equipo de gobierno municipal de Socuéllamos y su paso al grupo de concejales no adscritos, el equilibrio político en el pleno municipal cambia sustancialmente, abriendo la posibilidad a empates en las votaciones plenarias.
Con la nueva configuración, el Ayuntamiento queda compuesto por 5 concejales del Partido Popular y 3 de VOX, que mantienen la coalición de gobierno, frente a 8 concejales del PSOE y la propia María José Beteta como concejal no adscrita. Esto sitúa al gobierno y a la oposición en un posible empate técnico (8-8) en aquellas votaciones en las que Beteta no respalde al ejecutivo.
Según la normativa vigente y el Reglamento Orgánico del Pleno, en caso de empate se procede a una segunda votación, y si persiste el empate, se aplica el voto de calidad del presidente del Pleno, que en este caso corresponde a la alcaldesa Conchi Arenas.
Este procedimiento está contemplado por la legislación y otorga al presidente del Pleno (habitualmente el alcalde o alcaldesa) la facultad de desempatar, consolidando así las decisiones del gobierno local si el resto de votos se encuentra dividido en partes iguales.
Aunque algunos reglamentos orgánicos pueden prever otras fórmulas, como un sorteo en caso de empate persistente, la figura del voto de calidad sigue siendo la norma general en la mayoría de municipios, incluido Socuéllamos.
Con este escenario, se espera que las próximas sesiones plenarias estén marcadas por una mayor tensión política y por la relevancia del voto individual de la edil no adscrita, que podría inclinar el sentido de votaciones clave.










