La Semana Santa de Socuéllamos de este año tendrá una voz muy especial para abrir sus actos oficiales: Gema Campos, vecina de la localidad y muy vinculada a la vida cofrade desde su infancia, será la pregonera de la Semana Santa 2025. Con ella conversamos sobre sus vivencias, su fe, la evolución de estas celebraciones en el municipio y cómo está preparando su esperado discurso.

— Gema, ¿qué significa para ti la Semana Santa y cómo la vives?
Para mí es algo muy vocacional, algo que llevo dentro desde pequeña. En mi familia siempre hemos vivido la Semana Santa muy intensamente. Mis padres nos llevaban a los oficios, a las procesiones… y desde entonces estoy vinculada a dos cofradías. Es una época para revivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, reflexionar y reafirmar mi fe.

— ¿Cómo ha cambiado la Semana Santa que recuerdas de tu infancia respecto a la actual?
Antes las iglesias estaban llenas, se vivía con más fervor, más participación. Hoy veo mucha menos gente, sobre todo en los actos religiosos. Parece que la fe «no se lleva» y que asistir a misa te convierte en una especie de bicho raro. También noto que la gente tiende a irse de vacaciones o a ver otras Semanas Santas fuera, sin valorar la riqueza que tenemos aquí. Nuestras tallas son obras de arte.

— Más allá de lo religioso, ¿qué aspectos de la Semana Santa te emocionan especialmente?
Los momentos de oración. Entrar a una iglesia en silencio, orar ante el Santísimo… es una sensación de paz y recogimiento difícil de explicar.

— Eres hermana de las cofradías de Jesús del Calvario y de la Sangre de Cristo. ¿Qué papel ha tenido tu familia en esta tradición?
Desde pequeña viví el ambiente del barrio del Calvario, y participar en la cofradía era casi una obligación afectiva. Después del Domingo de Ramos, íbamos a ayudar a preparar los pasos, recogíamos romero, montábamos las carrozas… Era un ambiente familiar. Con el tiempo también me uní a la Sangre de Cristo, por tradición familiar. Mis hermanas y yo seguimos saliendo en procesión cada Miércoles Santo con Jesús del Calvario y el jueves o viernes con la Sangre de Cristo.

— ¿Cómo recibiste la noticia de que serías la pregonera?
Sinceramente, no me lo creía. Pensé: “¿Cómo van a pensar en mí? Soy una dentista, hay gente más preparada”. Pero fue una mezcla de orgullo y responsabilidad. Dije: “Si lo hago, tengo que hacerlo bien”. Lo estoy viviendo como si fuera una tesis doctoral, llevo dos meses leyendo, escribiendo, borrando y reescribiendo.

— ¿Cómo estás estructurando tu pregón? ¿Qué mensaje quieres transmitir?
Al principio quise enfocarlo desde un punto de vista sanitario, analizando el sufrimiento físico y psicológico de Jesús, María y los discípulos, pero era demasiado duro. He querido enfocar el pregón como una catequesis, acercando aquellos sufrimientos a los de hoy, para que el público lo entienda y lo sienta cercano. Trato de hablar mucho de la figura de la Virgen María, de su dolor, de su fortaleza, como madre que pierde a su hijo. Eso me conmueve especialmente.

— ¿Qué esperas que sientan quienes te escuchen el Domingo?
Quiero que reflexionen, que se sientan identificados y que entiendan que todos podemos equivocarnos, pero también rectificar. Que Dios vino al mundo para perdonarnos y que si hay arrepentimiento, hay perdón. Ojalá alguien, al oírme, piense: “Esto me llega, esto lo puedo cambiar en mi vida”.

— Para terminar, ¿qué le dirías a quienes han perdido el vínculo con la Semana Santa o la fe?
Que vuelvan a mirar lo que tenemos en Socuéllamos, que lean, se informen, que no tengan prejuicios. He leído mucho estos meses y cuanto más profundizas, más sentido ves. Como decía un periodista ateo que acabó convirtiéndose tras investigar la vida de Jesús: “Esto pasó. Esto no es una invención”.

Gema Campos se presenta con humildad, pero también con firmeza y emoción. Su pregón, sin duda, no será una mera introducción a la Semana Santa, sino una invitación a sentir, comprender y vivir con más profundidad estos días tan señalados para muchos socuellaminos.