A una semana del inicio de los carnavales en Socuéllamos, es momento de recordar con nostalgia y cariño a Los Falines, una comparsa que dejó una huella profunda en esta festividad. Hace 17 años, en 2008, colgaron los disfraces, pero en la memoria de los socuellaminos sigue vivo.

Más que una comparsa, una gran familia

Los Falines eran sinónimo de creatividad, unión y tradición. Año tras año, su talento y esfuerzo transformaban las calles de Socuéllamos en un espectáculo lleno de color y alegría. Su pasión por el carnaval los llevó a diseñar disfraces icónicos que marcaron una época: Los Simpsons, gitanos, manchegos, rocieros, Sanfermines y trajes de época, entre otros.

Cada desfile no era solo una participación, sino una representación del espíritu festivo que caracterizaba a la comparsa. El ingenio y la dedicación de sus integrantes hicieron vibrar a todo un pueblo, convirtiendo el carnaval en una experiencia inolvidable para generaciones enteras.

A pesar de que Los Falines dejaron de desfilar, su historia sigue viva en el recuerdo de los carnavales socuellaminos. Su impacto fue tal, que aún hoy son recordados como una parte fundamental de esta celebración, inspirando a nuevas generaciones y manteniendo encendida la llama de la fiesta.

La nostalgia que despierta su recuerdo es la mejor prueba de que su contribución al carnaval de Socuéllamos fue única. No solo fueron una comparsa, sino una pieza clave en la construcción de la identidad de esta festividad.

Fotografías de Toñi Ruiz Ávila

Porque en cada disfraz, en cada risa y en cada aplauso sigue latiendo el espíritu de Los Falines, quienes siempre serán parte de la historia del carnaval socuellamino.