La historia de cada familia está tejida por los sacrificios y el esfuerzo de generaciones pasadas. En esta ocasión, María José Lara, comparte en el perfil de Fotos Antiguas de Socuéllamos de Facebook, una imagen cargada de historia y significado, en la que aparece su abuela, Concha Moreno Marchante, junto a Antonio Bustos, hijo del médico Pablo Bustos, quien también fue alcalde de Socuéllamos durante la Segunda República (1934).
En la fotografía, tomada hace décadas, Concha aparece sosteniendo una bicicleta en la que Antonio, aún un niño, posa con naturalidad. Pero detrás de esa imagen sencilla y cotidiana se esconde una historia de esfuerzo, dignidad y trabajo silencioso. Concha Moreno Marchante trabajó en el servicio de esa casa durante varios años, como tantas mujeres de su generación que dedicaron su vida a sacar adelante a sus familias en tiempos difíciles.
El papel de las mujeres en la España de antaño
Durante las primeras décadas del siglo XX, el acceso al trabajo para las mujeres estaba limitado casi exclusivamente a labores domésticas, agrícolas o en fábricas textiles y de confección. Muchas, como Concha Moreno Marchante, dedicaban sus días a cuidar hogares ajenos, atender a los niños y realizar tareas que hoy llamaríamos de «cuidados», pero que entonces eran consideradas simplemente parte de su rol social.
El esfuerzo de estas mujeres no solo aseguraba el bienestar de sus familias, sino que también permitía la estabilidad de muchas casas acomodadas, donde trabajaban como cocineras, niñeras o limpiadoras. Concha, como tantas otras, fue parte de una generación de mujeres invisibles para la historia oficial, pero esenciales en la construcción de la sociedad.
El valor de un recuerdo: homenaje a las mujeres trabajadoras
Esta imagen es un testimonio de una época en la que muchas mujeres tuvieron que renunciar a sus propias aspiraciones para garantizar el futuro de los suyos. A menudo en condiciones de precariedad y sin reconocimiento social, las mujeres del servicio doméstico desempeñaban una labor fundamental que, sin embargo, raramente se menciona en los libros de historia.
Hoy, este reportaje quiere ser un homenaje a Concha Moreno Marchante y a todas aquellas mujeres que, con su trabajo y esfuerzo, contribuyeron al desarrollo de sus comunidades y familias. Su historia es un reflejo de la realidad de muchas, una historia de lucha, de entrega y de sacrificio que merece ser recordada.
En tiempos donde la igualdad de género es un objetivo aún por consolidar, recordar el pasado nos permite valorar el presente y seguir trabajando por un futuro más justo, donde el trabajo de las mujeres —en cualquier ámbito— sea reconocido con la dignidad y el respeto que merece.











