Normalmente, este medio no recoge el contenido de las homilías durante las celebraciones religiosas. Sin embargo, la pronunciada anoche por el párroco Rafael Ruiz, en la misa en honor a la Virgen de los Dolores, merece ser destacada por el calado de su mensaje y su relación con la vida social de Socuéllamos y por extensión, a España

Durante la eucaristía, celebrada en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y organizada por la Cofradía del Ecce Homo y Nuestra Señora de los Dolores, el sacerdote recordó los siete dolores de María, vinculándolos con los sufrimientos y contradicciones de la vida actual. Explicó que esos dolores “no son únicamente personales, sino que forman parte de toda la humanidad”, subrayando que la Virgen “comparte y sufre también los dolores de la historia”.

En un momento especialmente señalado, Rafael Ruiz aludió a las dimisiones, crisis y enfrentamientos que atraviesan tanto la Iglesia como la sociedad: “Cuántas dimisiones existen, no solo existen, sino que se sienten, sin saber qué frutos tendrán en el futuro. Eso también es un dolor de la vida humana”.

El párroco insistió en que la reconciliación debe situarse por encima de todo, reconociendo al mismo tiempo la dificultad de alcanzarla: “A veces metemos la pata y no lo conseguimos, pero es necesario desear reconciliarse siempre, porque ese es el camino para reconstruir una sociedad digna de ser vivida”.

Su llamada a la unidad y a la tolerancia fue acogida con atención por los fieles, quienes percibieron el mensaje como especialmente relevante en el contexto social actual.

Con estas palabras, Rafael Ruiz quiso reforzar la dimensión de la devoción a la Virgen de los Dolores, transmitiendo un mensaje de esperanza, fraternidad y responsabilidad compartida para la vida presente y futura de Socuéllamos.