Durante más de una década, la discoteca Gran Vía fue uno de los lugares más emblemáticos de ocio en Socuéllamos. Inaugurada en 1993 y gestionada por los Hermanos Delgado hasta su cierre en 2005, este icónico local marcó a toda una generación.
Lo que hoy conocemos como el Museo Torre del Vino fue en su día una vibrante discoteca ubicada en la antigua estación de tren del municipio. Su original decoración tematizada simulaba una estación ferroviaria en pleno invierno, con un detalle que la hacía única: cada 15 minutos, los clientes podían ver pasar el tren real a través de los cristales del local, una experiencia visual que aportaba un toque especial y auténtico.
En los meses de calor, la magia se trasladaba a su espectacular terraza de verano, donde un barco hacía las veces de cabina de DJ, mientras que en su interior se situaban las barras de bar. Este espacio fue testigo de numerosos eventos y fiestas inolvidables, entre ellos un concurso de belleza que aún permanece en la memoria de muchos vecinos.

Gran Vía no fue solo un local de ocio nocturno; fue también un punto de encuentro, el inicio de muchas historias de amor y el escenario de innumerables anécdotas. Primeros besos, amistades eternas y noches irrepetibles se vivieron entre sus paredes, convirtiéndola en un símbolo de una época dorada para la vida nocturna de Socuéllamos.
Hoy, aunque la música ha dejado de sonar y ha dejado paso a lo que hoy es el Museo Torre del Vino, la esencia de Gran Vía permanece viva en el recuerdo de quienes la vivieron.
Fotos: Hermanos Reales