La fotografía que hoy rescatamos nos traslada a una época ya lejana, pero todavía presente en la memoria de Socuéllamos. Se trata de una imagen tomada en las Cuatro Esquinas, uno de los cruces más reconocibles del casco urbano, en una escena cotidiana que refleja la vida del pueblo en los años sesenta.

A la derecha de la imagen, se distingue el edificio que albergaba la ferretería Alarcón, con su característico portal y los balcones de forja. Enfrente, en la acera opuesta, se adivina el cartel del recordado cine de verano Terraza San Miguel, más conocido entre los vecinos como el «Cine el Pirata», punto de encuentro durante las noches estivales.

En el lado izquierdo de la calle, sobresale el rótulo de Iberia, gestionada por la familia Arribas, y un poco más abajo, casi enfrentando al cine, se encontraba también la ferretería de Salustiano, otro establecimiento emblemático de la zona.

La imagen, tomada por los hermanos Reales, es mucho más que un documento gráfico: es testimonio de una forma de vida, de un ritmo más pausado, y de un comercio local que articulaba la convivencia diaria. Las calles aún sin asfaltar del todo, los coches antiguos, y la forma de vestir de los viandantes nos hablan de otra Socuéllamos, en transición entre la tradición rural y los primeros signos de modernidad.

Este rincón del pueblo, que sigue siendo paso obligado para generaciones distintas, permanece como símbolo de identidad urbana. Mirar estas fotografías no es solo un ejercicio de nostalgia, sino también una forma de comprender mejor de dónde venimos.